Desde «El Edén De Los Novelistas Brutos»,
blog y página de facebook en los que participo como co-administrador junto a
Carmen Gutiérrez, Raúl Omar García y Pepe Martinez, y a partir de la
experiencia recogida a través de los sucesivos ejercicios de «El Taller
Comunitario de Literatura» (ETCL) allí desarrollados, hemos redactado el siguiente
recordatorio respecto al uso adecuado de las rayas de diálogo.
Uso adecuado de las rayas de diálogo
1) Para los diálogos
debe usarse la raya, «—», que se
obtiene oprimiendo a la vez las teclas «Alt», «Ctrl» y «-» del teclado
numérico.
2) Si no hay
intervención del narrador, todo va sobre ruedas. Sencillo, el «.» va al final de la
oración:
—María,
te comento el tema de los diálogos.
3) Si hay intervención del narrador, se
empieza a complicar. Algunos ejemplos (siempre, acordémonos, la «—» va pegada,
sí o sí, a la intervención del narrador, y NO a quien dialoga –salvo la «—» de
apertura del renglón de diálogo–):
4) Intervención
del narrador para finalizar la línea de diálogo, utilizando verbos derivados de
la acción del «habla». Ahí, el «.»
va recién al final de la intervención del narrador, y NO luego de la última
palabra del diálogo. En este caso el verbo derivado de la acción del «habla» es
«dijo»:
—María,
te comento el tema de los diálogos —dijo Juan, el ceño fruncido.
5) Intervención
del narrador para finalizar la línea de diálogo, utilizando verbos NO derivados
de la acción del «habla». Ahí
necesitamos usar dos veces el «.»: a) uno se coloca luego de la última palabra
del diálogo; y b) otro se coloca al final de la intervención del narrador. En
este caso el verbo NO derivado de la acción del «habla», que domina la oración,
es «frunció»:
—María,
te comento el tema de los diálogos. —El que sugería sobre el tema, llamado
Juan, frunció el ceño.
6) Intervención
del narrador en medio de la línea de diálogo, utilizando verbos derivados de la
acción del «habla». Ahí
también necesitamos usar dos veces el «.»: a) uno se coloca recién al final de
la intervención intermedia del narrador, y NO luego de la última palabra del
diálogo; y b) el otro se coloca al finalizar la línea de diálogo, luego de la
última palabra de quien dialoga. En este caso el verbo derivado de la acción
del habla es «dijo»:
—María,
te comento el tema de los diálogos —dijo Juan, el ceño fruncido—. No es taaan
complicado.
7) Intervención del narrador para finalizar la línea de diálogo,
utilizando verbos NO derivados de la acción del «habla». Ahí necesitamos usar tres veces el «.»: a) uno va luego de
la última palabra del diálogo antes de la intervención intermedia del narrador;
b) otro luego de la raya de cierre de la intervención intermedia del narrador;
y c) el último va al finalizar la línea de diálogo, luego de la última palabra
de quien dialoga. En este caso el verbo NO derivado de la acción del «habla»,
que domina la oración, es «frunció»:
—María,
te comento el tema de los diálogos. —El que sugería sobre el tema, llamado
Juan, frunció el ceño—. No es taaan complicado.
8) Siempre,
siempre, en el caso de la intervención del narrador,
la "—" va pegada al texto de tal intervención, y NO al diálogo del
protagonista.
Como comentaba
al inicio de la entrada, el presente recordatorio ha sido confeccionado en
conjunto por los integrantes de El Edén De Los Novelistas Brutos y, dado que ninguno de nosotros tiene estudios de
grado sobre el tema (solo experiencia «bruta» a partir de los
cuentos —y novela…— que hemos escrito, sin publicar aún nada en papel), no
tiene ningún tipo de carácter académico ni, por supuesto, es de uso obligatorio
para nadie.
De todas maneras, esperamos que
sea de utilidad...